lunes, 8 de agosto de 2011

BTT: Montseny - Collformic segunda parte

¡Buenas a tod@s!,

Ayer domingo nos reunimos varios amigos para hacer una ruta en el Montseny. Desde poblaciones tan distintas como Montornes, Arenys de Munt, Barcelona, Premià y Montgat, nos reunimos en el punto de encuentro (el pueblo de Montseny) para realizar desde allí la salida.

Si seguís el blog esta ruta ya os sonará, ya que el año pasado la hice con Enric y Kilian. La podéis ver en este enlace.

Mientras estaba revisando el track y cargándolo, me entretuve a mirar en el Google Earth ya que el año pasado, justo acabar la pista forestal que llega a la carretera, justo ahí, empieza un pequeño sendero llamado GR-5 que tenía pinta de acabar cerca de Montseny. Pero no vi mucha información al respecto. Así, que en principio íbamos a repetir la misma ruta y a mostrarla a los demás que la desconocían.

Teniendo la suerte de tener dos burras (una doble de 26 de recorrido generoso) y una 29er rígida, me planteé qué llevarme. La ruta tiene una parte inicial de bajada en asfalto muy corta para acceder ya a la subida, tendida y constante de 10km exactos... En principio la rígida tendría que ser mi compañera, pero habiendo realizado la bajada el año anterior con una rígida de 26, sabía que los 15km de bajada seguida, eran ideales para llevarse la doble. Y por suerte, no me equivoqué.

Después de las breves presentaciones, ya que algunos no se conocían, empezamos la ruta con un tiempo que amenazaba llúvia.

Primeros giros de bajada en asfalto para ir a buscar el desvío de las piscinas del Montseny. Una vez cogido el desvío empezó la primera curva a izquierdas en fuerte subida llena de piedras... Los que desconocían el trazado ya se asustaron un poco pero por suerte no toda la subida iba a ser así.

En los primeros veinte minutos fuimos todos bastante juntos mientras contábamos con los dedos de una mano, las pocas gotas que cayeron. Íbamos hablando e íbamos calentando la musculatura.
Carles y Abel hablando
Enric y Xavi con sus sendas KTM subiendo los primeros metros

Abel y Carles posando para la foto
Yo por mi parte iba tomándomelo con calma ya que sabía que la subida era larguísima y con una doble sin bloqueo ni delante ni detrás, tenía que regular fuerzas y buscar cadencia.

En algo más de media hora el grupo empezó a separarse y Abel, el potro de Montornés, empezó a demostrar su podería a los lomos de su Trek rígida. Carles, el spaguetti de Arenys, que iba con su Lapierra rígida con miedo por si se quedaba el último empezó a seguir a Abel pero se iba descolgando poco a poco para buscar su ritmo.
Abel empezando la escapada del día y Carles a la zaga
Los dos de las dobles KTM de rally y un servidor con la tanqueta empezamos a descolgarnos poco a poco. Aunque en un acto de valentía y para ver si se desfondaba Abel empecé a pasar a gente para contactar con él. En un desvío nos paramos a reagrupar y seguimos el grupo otra vez unido hasta la finca del Molar donde pudimos ver a la pequeña hembra de Jack Russell del año pasado, seguía igual de simpática.

Abel en uno de los desvíos esperando para reagrupar en los primeros compases de la subida

Carles llegando al punto de reagrupamiento con la montaña detrás

Parados justo en la curva de la foto del banner del blog, Xavi, Enric, Carles y Abel

Enric, un servidor, Carles y Abel
Llegando al Molar todos en grupo
La pequeña hembrita que vimos el año pasado

A partir del Molar Abel empezó a tirar y Carles le fue detrás. Yo opté por quedarme detrás con Enric y Xavi, que en estas rutas, les gusta hacer sus paraditas. Yo, aunque no sea partidario de ello, cuando salgo con gente suelo hacerlas para charlar y comentar la jugada, así que me pareció buena idea quedarme en el pelotón.

Abel ya escapado, Carles a su ritmo y Xavi en tercer lugar

El tiempo daba miedo, pero al final salió todo bien.

Los tres fuimos subiendo ya que, aunque Abel y Carles desconocían el camino, éste no tenía pérdida. Al cabo de 1:40h y de ver cómo el paisaje iba cambiando a medida que ascendíamos, llegamos al punto más alto de la ruta, unos 1295m desde donde se podía oler ya el ambiente pirenaico, aun estando en el Montseny.

Reencuentro con los dos cabezas de carrera que habían sido listos y se habían traído manguitos y chubasquero para evitar el frío y el viento. Hay que recordar que en el Pla de la Calma siempre suele hacer viento y tanto el año pasado (que también era en agosto) como en este, arriba nos hizo bastante frío.
A partir de allí ya vino la primera bajadita rápida donde se me pasaron las dudas de si había hecho buena elección subiendo la doble.

Giramos a derecha en dirección Collformic y fuimos durante 6,5km por la carena para llegar al mismo Pla de la Calma para hacernos una foto.
Justo en el giro a derecha para el collformic

Abel llaneando por la carena

Mi nena

Mis compañeros hablando antes de la bajada

Carles, Abel, Enric y un servidor sonrientes antes de la bajada. Hacía frío.
Xavi no está ya que estaba ansioso por llegar al restaurante de Collformic, que finalmente resultó que estaba cerrado.

En el mismo restaurante hablamos con un ciclista que nos preguntó que por dónde bajábamos y al reconocer el camino nos recomendó bajar por el sendero que comentaba en la parte inicial de la entrada, el GR5 que desconocía. Decía que teniendo las dobles podíamos aprovechar para hacerlo... Pues bueno, ya veríamos abajo qué hacer y las ganas que había.

Me até la mochila bien, comprobé que todo funcionara bien y tomé la cabeza del grupo sabiendo que era el que más tiraba en bajada. Detrás mío se colocó Xavi, que baja muy bien y luego Enric, Abel y Carles.

La primera parte discurrió de forma rápida pero aun con mucho pedaleo en plato grande, aun así habían más de diez micro repechos naturales para despegar volando con la bici. Muy guapos.

Las curvas que tenía toda la bajada eran bastante molestas ya que la mayoría se hacían a ciegas con lo que había que ir con mucho cuidado. En una de ellas me encontré un coche parado y tuve que ponerme a hacer de semáforo con mis compañeros para avisar.

Seguimos la ruta y mis sensaciones bajando con la horquilla de 15cm que heredé de mi hermano eran increíbles. Los 12cm traseros, y por fin, bien regulados, se aprovechaban al máximo dándome una sensación de seguridad perfecta. Veía como íban pasando las piedras, las curvas y los saltos de forma rápida pero muy fluida y sin ningún momento de duda.

Cada poco íbamos reagrupando ya que, tal y como en la subida las rígidas estaban en cabeza, en bajada se quedaban rezagadas (aunque sin mucho tiempo).

La segunda parte de la pista forestal y una vez llegados a la Castanyera, se vuelve un poco más estrecha y con bastantes piedras, con lo que había que trazar bien para evitar un poco de trabajo a las suspensiones. Esta vez deshinché un pelín los neumáticos y el agarre que daban era satisfactorio.

Aun no había probado en una bajada tan larga y tan rápida (ya que suelo siempre buscar trialeras técnicas) la horquilla delantera y finalmente resultó ser una buena aliada para llegar con los brazos relajados a la parte final... donde vimos la entrada al GR5.

Tuvimos pocas dudas de entrar y hacerlo, pero en pocos metros vimos que era muy complicado. Y cuando digo muy complicado, digo que estaba lleno de piedras enormes sueltas, estrecho y con mucho desnivel...

Finalmente los "rígidas" de Carles y Abel decidieron ir por carretera hasta Montseny (tal y como hicimos la anterior vez), y los dobles a por la bajada. Eso sí, aunque yo no sea de los de bajarme el sillín, esta vez lo bajé 6cm para tener más control. La trialera lo merecía, y mi seguridad también.

Habían trozos que se podían hacer a duras penas encima de la burra pero otros que los dejábamos por imposibles... así que poco a poco fuimos descendiendo hasta llegar a una pista forestal donde el GR5 giraba a derecha y nosotros decidimos tirar a izquierda.

No es que fuera un error pero tuvimos que recuperar desnivel hasta llegar justo en la curva de la carretera donde se cruza el río. Si hubiésemos tirado a la derecha habríamos salido en una pequeña urbanización y nos habríamos encontrado casi en el desvió hacia el bonito pueblo del Montseny.

Aun así, el trozo de trialera estaba ya completado y bajamos por asfalto los últimos 2km.

Ya en el coche acabamos de comentar la jugada con todo el grupo y de ver que el día nos acompañó. En la subida tuvimos nubes, una temperatura agradable y en la bajada apareció el sol, así que de asarse, poco.

Al final me quedé con la sensación de haber hecho una ruta perfecta, con una subida de las que me gustan, muy larga pero de las de buscar ritmo, y una bajada tremenda... no por técnica trialeresca, sino por técnica de velocidad y de control bajando rápido. Un gran día de BTT con una gran compañia.

34km, 1540m

Mapa de la ruta. Subida por la parte izquierda.

Perfil de la ruta con sus 34km y 1540m