¡Buenas a tod@s!,
La ruta que cuelgo hoy es, probablemente, la ruta más bonita que he hecho encima de la flaca hasta el momento. Tengo un especial cariño a los pirineos catalanes ya que parte de mi infancia la he pasado en un cámping en la Cerdanya.
Los árboles, la anchura de los valles, el cielo, el tiempo, los pueblos... todo toma una relevancia indescriptible y es que se junta todo eso para hacer uno de los paisajes más hermosos que tenemos en Catalunya.
Para circular en bici también es perfecto aunque entiendo que los ciclistas que vayan en bici en invierno por la zona lo tienen complicado, son alturas muy considerables e imagino que el frío, las placas de hielo y la humedad deben asustar.
Como fue una salida especial y con un paisaje especial no voy a escatimar en fotos así que preparaos.
El día empezaba a las 5:50am, había quedado con mi hermano Víctor a las 6:15 y tuvimos algo más de una hora hasta Campdevánol donde era el punto de partida. Sacamos los bártulos, cerramos el coche y en marcha, hacía bastante frío y queríamos entrar en calor lo más rápido posible así que empezamos a hacer los 9 km que nos separaban hasta Campdevánol.
Llegamos a Ribes y paramos a estirar las piernas y a hacer las primeras fotos del pueblo.
La Collada prometía un buen puerto de subida con unos 25 largos kilómetros.
Lo que parecía ser una subida bastante bestia resultó ser una subida con un desnivel muy flojo en toda su zona. Propuse ir por Toses para hacer las últimas rampas del 10% pero mi hermano había dormido 3h, no había casi desayunado y su forma aun no es para probarse de esta manera. Vamos a ir poco a poco.
En principio era una ruta que iba a resultar larga y probé de llevárme el camelbak para tener también espacio para dejar el bocata, los recambios etc... no quería ir sin todo lo necesario, estábamos lejos de casa y hacer la llamada del público no era viable en caso de "abandono".
La Collada parecía ser una béstia muy domable y pudimos ir subiendo y madurando el ritmo que cada vez parecía más alto. Las vistas resultaron ser espectaculares... he pasado en coche muchas veces pero en bici todo se disfruta y se siente más.
En mitad del trayecto hay una agradecida fuenta titulada "Aigua de la vida" (no hace falta que lo traduzca no?) que daba una agua fresca fresca. Un lujo.
Dos tomas más de la bonita y relajada Collada.
Al cabo de un buen rato y de un tramo final planísimo y que hicimos a plato llegamos a la Collada en sí y, obviamente, nos hicimos las fotos pertinentes. Habíamos cumplido el primer objetivo y resultó ser muy asequible.
Tssss.... cuidao conmigo!
Desde la collada hasta el desvío hacia la Pobla hay un tramo relajado donde se puede contemplar tanto el pueblo de La Molina como sus pistas. Las carreteras desiertas y es que tenía ganas de circular por ellas en verano, una sensación de libertad total.
A partir del desvío se hizo patente que lo que quedaba iba a ser más duro que la Collada. Solo tomar el primer giro vimos que hacía un viento muy fuerte y de cara.
Así que decidimos hacer una parada técnica para comernos un bocata. Miramos de no parar mucho rato ya que el fuerte viento y la temperatura no eran un buen aliado para que los músculos se mantuvieran con el tono.
Y por fin llegamos al trozo por el que deseaba circular con la flaca. La carreterita hasta el Coll de la Creueta, una carretera larga, con prados verdes a los dos lados, sin nadie, en verano... os juro que la sensación fue increíble, sentía que estaba en el culo del mundo y encima con un paisaje bello. No lo olvidaré.
El Coll de la Creueta no tiene un pendiente muy fuerte pero el viento lo hizo algo más duro de lo que en realidad es. El acercamiento es bonito y se ve perfectamente la pendiente que subiremos.
Un bonito cartel para los ciclistas que nos recuerda el pendient que estamos subiendo. Personalmente creo que en algunos tramos el desnivel es algo más fuerte. De todos modos nos fue bien ya que con el viento, sacamos el hígado y noté como el corazón bombeaba a base de bien. Una bonita subida.
Mi hermano al cual esta subida también se le atragantó y prefirió subir a su ritmo y no quemarse en piques absurdos. Después de haber dormido nada y de ser su tercera salida con la flaca le metí una buena paliza.
La concentración que llevaba en la respiración subiendo se vio alterada debido a que vi un isard (rebeco) en lo alto de una colina observándonos, quizá, con cierta sonrisa en su cara viendo como dos zopencos subían a ritmo de tortuga hasta el Coll.
Y por fin llegamos al Coll de la Creuta y pudimos echar las fotos que certifican que llegamos ese día a coronarlo.
Desde el mismo collado se adivinaba todo el valle al que tendríamos acceso. Recuerdo que el primer pueblo por el que bajaríamos era Castellar de'n Hug, donde nace el Llobregat.
Después de observar un poco el paisaje decidimos no enfriarnos más ya que venía la bajada. Por suerte la temperatura había subido un poco y ya no hacía aire. La bajada es ciertamente peligrosa en algunos puntos debido a que se coge velocidad de una forma muy pasmosa... yo las curvas, según cuales, no me atrevo aun a tomarlas a más de 40 y era muy fácil llegar a ellas a más de 65 con lo que había que tener cuidado. Mi hermano sigue mejorando en las bajadas y creo que tuvo un punto de entreno perfecto para tomar las trazadas y practicar con un nulo tráfico.
En la bajada me paré a contemplar este monumento que luego, viendo la foto, ví que era un monumento al "Gos d' atura" català.
Llegamos al cabo de un buen rato a la Pobla de Lillet donde paramos a repostar un poco. Solo salir de la Pobla ya vi algo que no me gustó demasiado. En el Google Earth había visto que desde la Pobla hasta Campdevanol parecía ser un poco rompepiernas pero con poco desnivel pero no me esperaba que la cosa fuera de aquella manera lo que nos mató psicológicamente bastante.
Solo salir vi un cartel de un collado (Coll de la Merola) y ponía abierto lo que activó mi cerebro para pensar que vendría una subida fuerte y fue lo que vino. No era excesiva pero después de la tostadilla que llevábamos y del calor y poco aire que corría resultó ser un cóctel mortal. Constante rompepiernas de unos 10km.
Fue cuando mi hermano empezó a notar un dolor de barriga algo agudo que imagino que fue propiciado, entre otras cosas, por dormir poco, por desayunar cero, por la ingesta de barritas y geles, por el esfuerzo y por el calor.
De todos modos cuando avisó ya quedaba poco para coronar el collado de 1090m y todo lo que quedaba eran 10/15km con ligera bajada que se hicieron más agradables aunque algo pesados.
Al final salieron 86km con un buen desnivel positivo acumulado. En el perfil se ve claramente la subida de Toses y luego el pico hasta la Creueta. El último collado, el de la Merola queda algo en segundo plano pero creo que fue el peor por el hecho de que no nos los esperábamos.
