¡Hola a tod@s!,
Sábado pasado salí con la doble a buscar varias trialeras, entre ellas una que baja desde las antenas que hay situadas en la pista de la cornisa (justo en el desvío de la font de Sant Mateu) hasta Premià de Dalt.
La primera parte de la trialera fue más o menos bien aunque ya veía que debido a las llúvias y la limpieza que están haciendo en el bosque todo estaba mucho más complicado.
Al cruzar la pista y entrar en la segunda parte de la trialera ya ví que el camino estaba un poco confuso (más tarde mirando el track del gps vi que me había equivocado y que ahí no había trialera) y estaba muy complicado. Por suerte había bajado la presión del amortiguador y estaba aprovechando todo el recorrido de la trasera, disfrutando de ella pero también con mucha atención... a los pocos metros de la entrada pisé una raíz escondida entre los cientos de miles de trozos de tronco que hay en el suelo (de la limpieza...) y salí volando por encima del manillar...
La trialera en ese punto tenía más de 25% de pendiente con lo que se me puso el culo mirando para el cielo. Tuve tiempo a pensar con qué mano caía y al final mi instinto optó por la izquierda. Mientras impactaba con la mano y con el antebrazo ví que con mi fuerza ya me sería imposible frenar la inercia y no me quedó más remedio que rebotar hasta que mi cara paró a escasos centímetros de una piedra del tamaño de 4 pelotas de fútbol.
Días después mi mano ofrece un resultado de tipo "progresa adecuadamente".
Hoy hay menos morado con lo que todo va bien, ya no me duele. La abrasión en el brazo va por buen camino y el moratón en una rodilla también va bien...
Aprovechando el parón de bici de estos días hoy he hecho una ruta a pié por nuestra zona y he hecho la trialera de Noupins-Virreina al revés y la de la curva de la conreria al observatori.
La excusa perfecta era sacar a pasear a fondo al perrillo, así que mochila, bidones de agua (uno para él y otro para mi) y el pulsómetro. Tenía curosidad por saber cómo funcionaba mi corazón andando.
La subida hasta noupins ha sido curiosa. Ver a pata la trialera por la que bajas en bici te hace ver de lo realmente loco que uno está. La pendiente es exagerada en muchas ocasiones ya que he tenido que ayudarme con las manos para subir algún trozo. El paisaje cambia bastante viéndolo al reves y la petada es considerable.
Andando a un ritmo ligero estaba sobre las 100 pulsaciones y he llegado hasta las 160 en alguna subida muy empinada. No he ido lento pero tampoco corriendo. Martin, mi perrillo, iba a tope al principio pero luego ha entendido que no era un paseíto de esos cortos y rutinarios del día a día.
Al final han salido 2:10h, 480m de ascenso y 10,80km. Una vuelta montañera y guapa para realizar periódicamente.
Mañana vuelvo a coger la bici. BIEN.
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